26.9.11

presente.

Soñé que se me solucionaba Lo de mañana.
Feliz. Fui feliz se me había solucionado Lo de mañana.
Me desperté y había sido un sueño. 
Me puse mal. Dormí de nuevo. Enseguida, porque mi colchón nuevo es un gol.
De nuevo soñé que se me solucionaba Lo de mañana. Incredible. Y muy sencillamente. Incredible. Desperté de nuevo. 
Mal de nuevo. Volví a dormir. Y soñé entonces que volvía al colegio, a la primaria. Mi mamá daba clases. Y lo estaban remodelando, y yo tenía el uniforme azul. Todo. Y en una aparecía Franz (llamémoslo Franz para preservar su anonimato -hablemos de preservar su anonimato para que hacerlo más importante-). Y mi mamá lo abrazaba. Como que era ex alumno. Como que todas las maestras lo re querían. Iban todas, todas a abrazar a Franz. Ay Franz siempre tan divino. Y él ahí, feliz de la vida, contento entre las viejas, simpático. Porque las re quería, porque Franz es un divino.
Y me veía a mi. Y me pasaba por al lado y nada. No me saludaba.
Se hacía el que no me conocía, Franz.
O sea, ni daba saludar a una nenita del colegio.

todos somos pollock