22.9.09

equilibrista

no es amarillo, es turquesa, para que se haga más imperceptible en ese agua tan llena de esa espuma harta de ese jabón mentol tan raro, tan sólo a ella se le ocurre. vuela dócil por la corriente de sus movimientos, el submarino del espía, que le acaricia los tobillos hasta hacerla dormir completamente, y entonces pasearse todo por entre lo que la constituye, sin detenerse a pensar si está bien o mal, ésto de irla conquistando de la piel para adentro, y no al revés, como hay que hacer.

todos somos pollock