celestes

al tomate

a las cerezas
a las rosas rojas,
a las hojas
a los ojos
a las rosas verdes,
a las partes del arco iris
que convinan con
miercoles septiembres soleados,
a las bocas de mala mujer
y al cemento de cancha
de tenis,
y a brasil
y al infierno
vistos desde arriba:
a todo lo absorbe.
y refleja el azul
pero con luz de la buena,
de la importada del
cielo.





cuenta los hilos
del último verso
que tejió con
la birome.

se mete por las calles
donde pasan los que gustan
de encontrarse gente
en la vereda.

y se queja del pelo
que más se parece
a su cámara

que gira prolija
a la velocidad de la tierra,
robando la parte de afuera
del mundo,
y ovillando la parte
de adentro,
para que teja la birome.